Reflexión sobre el pueblo, en tiempos de la Eurocopa.

Mientras algunos de vosotros estáis mencionando a las progenitoras de dudosa moralidad sexual de los que lanzan petardos y gritos porque la selección española de fútbol ha llegado a la final de Eurocopa (o lo que sea ese circo romano), yo haré una reflexión sobre este tema simplemente para recordar obviedades:

Sin menospreciar su trabajo, la selección española de fútbol no nos representa. No representa al pueblo español. Lo de que "¡estamos en la final! no es más que una falacia puesto que ellos ganan demasiado dinero por perseguir un balón mientras el pueblo español lucha por sobrevivir.
A ellos, el pueblo es quien ha dicho que representan al pueblo.

Hay algunos que viven mejor que los futbolistas. Mientras que los futbolistas ganan mucho dinero pero aportan un entretenimiento (como puede hacerlo cualquier artista), hay otras personas que empeoran al pueblo, al menos actualmente. Y por desgracia cobran tanto o más que los futbolistas, y esos son los políticos. No cobran por generar riqueza para el pueblo, sino que estafan, engañan, mienten y roban impunemente al pueblo sin que nadie lo evite o castigue. De hecho, conseguimos pruebas cada día y nada cambia. A diferencia de los futbolistas, los políticos dicen representar al pueblo. Se llenan y crecen con fotos y actuaciones meclándose con el pueblo y ahora mismo andan desaparecidos, o atacando al pueblo desde la seguridad de sus mansiones.
A ellos, el pueblo ciego y un sistema creado para favorecer a los de siempre, es quien ha dicho que representan al pueblo.

Y por el contrario, a veces aparecen noticias de familias humildes que consiguen salir adelante e incluso a veces triunfar y crecer en la fría nieve de la crisis que nos ahoga. Familias que sobreviven con menos de 400 euros para todo el mes para alimentar más de dos bocas. Familias que invierten sus esperanzas y sus últimos recursos en ideas, a veces buenas, a veces malas, a veces en estafas. Pero sobreviven. Quizás piensen que exagero, pero es la realidad a la que demasiadas familias se enfrentan día a día sin que las personas que creemos que nos representan tengan idea de a lo que estas familias se enfrentan.
Ellos, las familias que luchan, no les hace falta representar al pueblo. Son el pueblo.

Yo no represento al pueblo. Yo no tengo capacidad para ayudar tanta gente. Pero si por alguien encendería petardos y gritaría, sería por ellos, por nuestro pueblo. Pero no lo haré, que es tarde. Espero que con estas palabras, y con un pensamiento para todos, sea algo.