A. Looky, el ingeniero bajito.

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Historia:

Annia nació una fría noche en Azerhoth, fue un bebé no deseado pero eso no impidió a sus padres quererla y cuidarla como se merecía un bebé. Poco después de cumplir Annia los tres años su madre fue asesinada durante un atraco que salió mal. Los atracadores intentaron escapar tras eso pero por suerte fueron atrapados y encerrados. Un final poco satisfactorio para el padre de Annia, Burke, pero justo al menos, o eso debería haber sido. Menos de dos meses después fueron puestos en libertad ya que según la justicia no habían “pruebas” de que ellos matarán a su madre, a pesar de todos los testigos que habían. Burke entró en cólera al enterarse de eso por lo que una noche, tras semanas siguiéndoles, los emborrachó en un bar y cuando los llevó fuera los mató a sangre fría.

Tal como tenía planeado esa misma noche él y Annia marcharon de la ciudad y no pararon hasta llegar a la capital del reino de Jannland, Puerto Parde. Una vez allí Burke consiguió trabajo como ingeniero en el ejercito. Annia no tardó en comenzar a coger las herramientas y ayudar a su padre en todo lo que podía. Así aprendió la profesión de ingeniera desde bien pequeña. Para ahorrarse problemas con el ejercito Annia pasó a llamarse Looker o Loky, y ser el hijo del ingeniero, cosa que ha ella nunca le hizo gracia por lo convincente que resultaba esa mentira gracias a su aspecto físico tan poco desarrollado. Se ganó la simpatía de muchos soldados, hasta el punto de que le enseñaron a disparar con diferentes armas. Por uno de sus cumpleaños le regalaron un rifle de francotirador y en otro un revolver. Por su tamaño ella era la encargada de arreglar la mayoría de la maquinaria desde su interior. Aprendió a moverse de forma hábil entre tuberías y demás espacios cerrados. Su oído se agudizó porque la mayoría de veces tenía que encontrar fugas en plena oscuridad.

Cuando cumplió los diez años su padre le contó todo lo que había pasado con su madre y lo que el había hecho. Al principio le costó un poco asimilarlo todo pero terminó por comprender lo que su padre había hecho y a aceptarlo. Cinco años después unos hombres capturaron a su padre y lo llevaron a Azerhoth, donde fue juzgado y ejecutado por aquellos asesinatos. Sin su padre poco tardaron en despedirla a pesar de sus intentos por mantener el puesto. Sola y sin nada más que sus pertenencias personales fue vagando por el reino durante dos años en busca de trabajos mal pagados como ingeniera. En uno de ellos un pequeño motor le explotó mientras lo arreglaba, de esa forma perdió el dedo anular izquierdo.